Los miedos y fobias son comunes en las personas que padecen trastorno del espectro autista y pueden afectar su capacidad para realizar actividades diarias, al aprendizaje y la inclusión social. El principal método para tratar los miedos y las fobias de las personas sin autismo es la exposición gradual a la situación que causa ansiedad, sin embargo, este método puede provocar demasiada ansiedad para las personas con TEA. Por otro lado, las personas que tienen este trastorno, a menudo experimentan dificultades con la imaginación y el pensamiento abstracto, lo que puede dificultar la producción y el control de escenas imaginarias.

 

Para plantear esto, el Medical Research Council Confidence de la Universidad de Newcastle ha desarrollado una intervención que combina la terapia cognitiva conductual (TCC) administrada con exposición gradual en un entorno de realidad virtual totalmente inmersivo. Mediante el uso de un entorno de realidad virtual inmersivo y controlable (VRE), el equipo terapéutoco puede recrear la situación fóbica a través de escenas generadas por ordenador. Los participantes pueden practicar técnicas para controlar su ansiedad con un/a terapeuta e introducir técnicas de TCC, además, la exposición gradual puede ayudar a mantener la ansiedad en niveles manejables y así le permite al paciente habituarse. Se puede exponer al paciente varias veces al punto que produce ansiedad para que desarrolle confianza y domine de las estrategias de control de la ansiedad practicadas y que experimente una reducción del efecto.

Comprobando la efectividad después de un éxito con niños

Este tratamiento se había realizado en el pasado con niños autistas que mostraron excelentes resultados, por lo que la entidad quería probar la terapia en adultos que sufren TEA. En ese estudio, cuatro sesiones de 20 a 30 minutos en entornos de realidad virtual reducieron ansiedad en ocho de los nueve niños autistas que presentaban fobias. El estudio utilizó un único entorno de realidad virtual inmersiva conocido como la Habitación Azul. La habitación azul es una tecnología immersiva que utiliza imágenes generadas por ordenador proyectadas en las paredes y los techos de una habitación con pantalla contínua de 360 ​​grados. Los participantes no necesitan usar auriculares ni gafas, y el terapeuta navega con ellos a través de la escena utilizando una tableta portátil.

Para el estudio se inscribieron ocho adultos autistas (de 18 a 57 años de edad) con miedos o fobias y sus acompañantes (padres/amigos/trabajadores de apoyo) que podrían acompañarlos. Cada participante tenía una escena generada por ordenador diseñada para la situación específica que le provocaba ansiedad y después de cuatro sesiones, el participante probó la exposición en la vida real con su acompañante.

Durante las cuatro sesiones, los participantes, junto con el terapeuta, trabajaron a través de la exposición la fobia afrontada. Los pacientes iban aumentando la exposición una vez que pudieron lidiar cómodamente su ansiedad en cada etapa de exposición y al final de la cuarta sesión, el terapeuta, el participante y el acompañante planificaron juntos los primeros pasos para  afrontar la exposición en la vida real.

De los ocho participantes, cinco se clasificaron como «respondedores» del tratamiento. Eso significa que 6 meses después de la última sesión de realidad virtual, aún mostraban mejoras en la vida real en relación con su fobia. Mostraron un patrón de mejora que incrementa con el tiempo, lo que indica una consolidación del efecto del tratamiento con el tiempo. Tres de los participantes no fueron «respondedores» del tratamiento, aunque mejoraron ligeramente e indicaron que no había empeoramiento de los síntomas.

Buenas perspectivas para los adultos autistas

Este es el primer informe de una intervención de CBT en un entorno de realidad virtual inmersivo para adultos con TEA que experimentan fobias. Cinco de los ocho adultos mejoraron su capacidad para combatir la fobia de la vida real, y cuatro pudieron seguir su vida cotidiana sin ninguna repercusión. La terapia de realidad virtual permite la exposición a un nivel de ansiedad dónde el paciente no se siente abrumado y se siente seguro, pero es lo suficientemente real como para inducir la ansiedad a un nivel dónde pueda habituarse. La observación de las técnicas de reducción de ansiedad desarrolladas en el entorno de realidad virtual permitió que el acompañante apoyara y permitiera su uso durante la exposición en el mundo real.

Estos descubrimientos muestran que la realidad virtual junto con la TCC puede ser un tratamiento eficaz para los pacientes de TEA con fobias. Fue un estudio pequeño y en el futuro habrá que realizar un ensayo más amplio de este tratamiento que compare los resultados de las personas que reciben la intervención con las personas que no lo hacen. La investigación tendrá como objetivo identificar los mecanismos que llevan a un tratamiento efectivo, incluidas las adaptaciones que se necesiten realizar.

Se ha empezado a explorar una nueva perspectiva en beneficio de los adultos con TEA y su bienestar en la salud; este método les ayudará a llevar una vida más fácil, además de reducir sus miedos y fobias. Psious ofrece la plataforma para proporcionar terapias con realidad virtual en todo el mundo a psicólogos y otros profesionales de la salud mental, hay cientos de entornos dónde escoger y cada uno de ellos tiene diversos parámetros para adaptarla a cada paciente.

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